Prensa/Minhvi. 05 de marzo de 2016.- Aquel hombre que despierta cada 100 años, cuando despiertan los pueblos, esta vez no fue Bolívar, pero sin duda que ha sido uno de sus mejores hijos, Hugo Chávez, quien llegó a las vidas de los venezolanos con aquel “Por Ahora” y se volvió eterno ese 5 de marzo del 2013, cuando su cuerpo soltó tan inmensa alma que abrazó a todo un pueblo con justicia social y su Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV).
En una de sus últimas giras internacionales para realizar alianzas de cooperación con otras naciones, fue preguntado por una periodista con respecto a lo más importante que llevaba a Venezuela luego de visitar varias naciones del mundo, a lo que Chávez sin pestañar respondió “viviendas”.
“Lo he asumido como un reto en mi corazón, como una angustia que siento aquí (tocándose en su pecho), yo llore mucho cuando vi la noticia de los niños que se murieron cuando cayeron las casas (en el año 2010), como llore mucho con la tragedia del (estado) Vargas. Claro es una herencia pesada, dura, terrible de la injusticia. Los ranchos, los cerros, los pobres de 100 años acumulados allí, la pobreza de 100 años aculada ahí. Entonces tenemos que apurar la marcha (…) Y me pongo al frente del desafío de la vivienda (…) vivienda, justicia para el pueblo”. Dijo el Comandante Chávez aquel 24 de octubre de 2010 en la gira internacional en Portugal.
Este reto habitacional lo asumió al punto de crear una de sus grandes misiones sociales, con la que se planteaba acabar definitivamente con el déficit habitacional heredado de esos 100 años de abandono y exclusión a la cual fue sometido el pueblo.
Es entonces donde nació la GMVV, la que pondría al pueblo a “Vivir viviendo” como lo señaló Chávez aquel 30 de abril del 2011, día donde lanzó ese programa social.
“El drama de la vivienda no tiene solución en el capitalismo, aquí lo vamos a solucionar con socialismo y más socialismo”, indicó el Comandante.
Chávez, fue capaz de planificar un sistema logístico de materiales, el plan de financiamiento, los convenios de cooperación internacional, terrenos y poner al frente al pueblo para lograr que los venezolanos tuvieran la posibilidad real de salir de la crisis habitacional.
Hoy son sus hijos, su pueblo organizado en brigadas de construcción que con sus manos, construyen esa patria que él no ve, pero que si soñó y pensó para todos los que no tenían casa.
Ya son tres días de su siembra, pero el producto de su cosecha se viene recogiendo cada día, teniendo en cada jueves de vivienda sus mejores y más grandes frutos, las viviendas, la razón más grande de su vida.
Comandante pueblo, Comandante Amigo, hasta siempre.
Prensa: Heber Rondón
Gráfica: Archivo
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